Vida en la Albufera

Powered by TripAdvisor

viernes, 30 de septiembre de 2011

MAYORÍA ¡¡¡NOS ATACAN!!!



Levantaros, y luchar.

Luchar, por todo aquello

que nos quieren quitar.

Por lo que es nuestro.

Por lo que nos regalaron,

los que calleron.

Por lo que conseguimos,

después de mucho lidiar.

Por la Libertad.

Levantaros, y luchar.



Nos atacan, en lo más profundo, de nuestras entrañas, y salvo algunas esporádicas voces, todos estamos callandos, dormitando...

Sí, usamos los foros sociales para concienciarnos y concienciar. ¿Pero quién se ocupa, de explicarselo a nuestros vecinos? Las televisiones.

Oigo, como se quejan, de las subidas, de lo caro que está todo, pero aparte de eso, no se oye, nada más. La culpa, como es normal, se la hechan a los políticos, a la alcaldesa, a la oposición, al presidente...
Solo ven lo que la tele comenta y dice, recortes, recortes, recortes... y dependiendo de que canal, ven, las culpas se la endosan a unos o, a otros.

Yo estoy convencida, de que todos, tienen razón. La culpa la tienen los unos y los otros. Todos.

Por no luchar por nosotros, por dejar que desde fuera, dicten las órdenes, y las leyes, que nosotros tenemos que acatar.

Pero, la cruda realidad, es que los unos y los otros, somos todos. Somos nosotros.

Nosotros, los pusimos ahí, así que la culpa es nuestra, por no demandarles que cumplan lo que prometieron: servir al Pueblo con honradez.

Ahora, dentro de poco, como aquél que dice, a la vuelta de la esquina, van ha haber nuevas elecciones, y depende de nosotros que hagamos la cama, a unos o a otros, las dos alternativas, son parecidas, por no decir iguales.

Yo no veo ya, la diferencia.

Hay quién piensa, que una mayoría holgada, sería lo mejor, sin embargo, a mí, esto me parece contraproducente, siempre he pensado que esto no tendría que suceder, en ninguna clase de elecciones, en las mayorias, nadie de fuera puede opinar, y a veces, no opinan ni los de dentro.

Tal vez, deberíamos, votar a los pequeños, sean del color y del lado que sean. Alguno tiene que haber que nos convenza, y que no se les suele votar, porque siempre se dice que es tirar el voto. Por lo menos así, a lo mejor ganamos todos.

Ya sé que entonces se montaría, un cacao. Pero ya va siendo hora, que nuestros políticos trabajen, que demuestren un poco de ingénio, y que se ganen el jornal convenciendo, no ordenando.

Si consentimos, una mayoría, tendremos lo que nos merecemos.

Y, luego, a quién y para qué quejarnos...

No creo en la mayoría, la mayoría ahoga.

lunes, 12 de septiembre de 2011

¡¡¡PROHIBIDO!!!


Este verano, a consecuencia de no salir fuera, por no poder moverme de "casa" nos hemos dedicado, a ver parques, exposiciones, cementerios, y también a hacer fotografías.

Hace tiempo, que quería, hacer fotos en el cementerio de Valencia, y para nuestra sorpresa, está ¡¡¡Prohibido!!!

Y no me extraña.

¡Quién, quiere que se fotografíen pasillos y pasillos, desiertos de visitantes, de flores, de recuerdos...!

Lápidas, rotas, sucias, ilegíbles, llenas de hiedra y hojas secas...

Vidrieras, que no se sabe que representan, de sucias y resquebrajadas...

Cancelas oxidadas, mausoleos destrozados, al lado de otros, de última generación, hasta con alarmas, pero tan solos y tristes, como todo lo de alrededor.

Nichos en calles desiertas, descuidados, almacenando polvo y telarañas.
Sin flores, ni tan siquiera de plástico.

La parte Civil, aún está más abandonada, es un cuadradito, que si no vas adrede o no te fijas, pasas de largo.
Aquí, parece que estemos contemplando, una imagen irreal, algo que solo sale en ciertas películas, de miedo o suspense, una mamá joven, sentada en un banco, con dos niños correteando y jugando, (esto es cierto) y muchos gatos.
Con sus lápidas todas rotas y cubiertas de enredaderas, allí, no se salvan del olvido, ni judios ni republicanos, ni las personas, que por no querer la Iglesia enterrarlos en "Tierra Santa", descansan allí.
También está, la fosa común de los que murieron por la República, pero está sin señalizar, o por lo menos, yo no ví ninguna señalización.

Es una pena, que personas, no solo del cementerio civil, pero éstas más, que lo dieron todo, por los que amaban, bebés, algunos queridos y deseados, niños y jóvenes, que no pudieron descubrir la vida, porque se fueron... se encuentren, reposando, en un luger tan tétrico, por el abandono, debido al olvido, de las personas que prometieron o juraron, siempre recordarlos.

Las calles más nuevas, se ven con flores, algunas no muy recientes, pero tienen otro colorido, claro que solo habrá que dejar pasar el tiempo...

Lo que sí me gustó, fué comprobar, que la vida sigue, entre esas cuatro paredes, hasta en el olvido. ¡¡¡Habían decenas de gatos!!!.
Gatos, que te pedían caricias, que te ronroneaban, siguiendote a todas partes, grandes y pequeños, y por todas partes, comida, agua y carteles en los que te pedían que tuvieras cuidado con los más pequeños, al salir, ya que luego no sabían volver, que vivian allí, y una asociación "amigos de los gatos del cementerio" los cuidaba y que se necesitaban más socios.

Me gustó esa forma de proteger la vida, dentro de un cementerio olvidado.

Siempre he pensado, que un cementerio, donde se encuentran, nuestras personas queridas, que ya se fueron, debería ser un lugar hermoso, lleno de flores, de sentimientos, de recuerdos...

Me fuí, oyendo gritos de silencio y olvido, viendo una tumultuosa soledad y sintiendo, en lo más profundo, la falta de amor y recuerdo.

Por eso, he decidido volver otro día, el de "Todos los Santos".

Para ver, lo que ésta vez no he visto, flores multicolores, y gente paseando por sus calles recordando a sus seres queridos, aunque solo sea, un día al año, en el calendario.

lunes, 5 de septiembre de 2011

ERAN OTROS TIEMPOS

Hace cuarenta años, había una mujer sencilla, que se casó enamorada, como las de ahora, con un marido... bueno, eran otros tiempos.

Sus celos, sus borracheras, sus cambios de humor, y su agresividad...

Pasó de ser una persona, más o menos, independiente e ilusionada, a convertirse en nada, en una sombra, en un guiñapo.

Pidió ayuda, consejo...

Todos le decían, que no podía irse, nadie le ayudó. Y los consejos... los consejos de que aguantara, que eso era normal, que todos los hombres lo hacían... ¡porque las querían!

Durante un tiempo largo, muy largo, aguantó sus malos modos, sus gritos, sus palízas... y toda la vergüenza, al cruzarse con los vecinos, que pasaban por su lado sin ver... pero, lo que más le dolia eran, sus pequeños hijos, escondidos y atemorizados, testigos mudos.

Intentó huir, quería descansar, llegar a puerto seguro, pero solo consiguió los ojos morados, la mandíbula partida, un brazo roto, y un dolor insoportable por todo su cuerpo.

Sola, sin ayuda, por ella y sobre todo por sus hijos, decidió, que ya estaba bien, que no podía más. ¡Se enfrentó a él!

¡Ahora, ya no tenía miedo!
¡Ahora, por fín, estaba tranquila y era feliz!

Todo había terminado, ya no más escándalos, ni palizas.
Ya no sentiría vergüenza, ni suplicaría ayuda.

Ahora, tumbada en el suelo, con el cuerpo cubierto de sangre, sin respirar y con el corazón partido, no solo por el dolor...

Ahora sí, ahora lo había conseguido.

Podía descansar.

Había comprobado, el último acto de amor, de su marido.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...